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agosto 27, 2014

La Creatividad, don de Dios - Meditacion

La creatividad es algo divino, que  procede solo de Dios 

La creatividad es definida en diversos diccionarios como la capacidad de creación la facultad de crear. Siendo nuestro Dios el CREADOR por excelencia (o por antonomasia), es entendible que la creatividad también procede de él. Y de hecho, DIOS es nuestro Creador, de todos los seres humanos; así que de él y solo de él procede nuestra creatividad.

La creatividad es un don que Dios nos ha dado a los seres humanos

Hay cosas que todavía no existen en el mundo natural, para las cuales Dios está esperando que la creatividad que él nos dio, las convierta en una realidad.

Es que incluso TODO lo que hoy podemos ver fue hecho de lo que antes no existía:

"Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía."
La creatividad mira más allá de lo que hay ahora, pues se proyecta en el tiempo y el espacio.


1. ¡DALE ALAS A TU CREATIVIDAD!

A CREATIVIDAD RESPONDE o NACE PRIMERAMENTE DE UN DESEO, ya que uno no crea lo que no se desea.

Dale alas a tu creatividad

Ya sea que enfoquemos nuestra creatividad en solucionar una necesidad, o simplemente, en el puro placer de crear; en ambos casos, TODA CREACIÓN RESPONDE AL ANHELO Y DESEO DE CREAR ALGO.

"Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho."

Y fuimos creados conforme a su imagen y semejanza. Por tanto, muchas de sus cualidades, Dios nos las ha dado también a nosotros. Y entre ellas, está la creatividad.

Pocas cosas se descubren “por accidente”. Y aún en esos casos, a alguien se le ocurrió darle una aplicación provechosa a ese “accidente” con que se topó "sin querer". Y tal aplicación o invento surgido fue posible porque alguien LO DESEÓ, después LO IMAGINÓ y al final, LO LLEVÓ A CABO.

La creatividad y la imaginación están dormidas, mientras no haya deseos de crear y deseos de solucionar problemas. 

Dicen que la necesidad es la madre de la inventiva; y creo que esto es así porque la necesidad es fuente de creatividad. Cuando se necesita, uno se las ingenia. Aquel que tiene solvencia económica, suele acostumbrarse a pagar para que le hagan o resuelvan las cosas; pero el que no tiene, se las arregla por sí solo y aprende a trabajar, como se dice, aunque sea "con las uñas".

Muchos grandes inventos nacieron del deseo y necesidad del hombre de hacer más fácil su vida. Pero todo parte o procede inicialmente de aquel deseo de crear aquello que estamos anhelando; es decir, porque alguien lo soñó (y me refiero a soñar en el sentido de anhelar persistentemente una cosa).

Los hermanos Orville y Wilbur Wrigth primero DESEARON volar; era un anhelo vehemente para ellos. ESE DESEO DISPARÓ SU CREATIVIDAD para IMAGINAR, buscar y encontrar la manera de hacerlo. Y finalmente (aunque no les fue nada fácil) lo consiguieron.



2. LA CREATIVIDAD ACTIVA LA IMAGINACIÓN (y viceversa)

Dios se imaginó al hombre antes de hacerlo. Con el poder del raciocinio que Dios nos ha dado, uno se imagina las cosas. Y esa imaginación incentiva la creatividad... o viceversa.


EL PODER DE IMAGINAR O IDEAR, DIOS SE LO ENTREGÓ AL SER HUMANO.

Dios es el ser más creativo que existe. Es el Creador por excelencia. Y nos traspasó esa capacidad de imaginar, idear y crear a nosotros, los seres humanos.

Aún así, nuestra imaginación se queda corta ante las cosas que Dios tiene para nosotros:

"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman."

3. TODOS SOMOS SERES CREATIVOS E INGENIOSOS.

Para todas las labores se necesita imaginación. No hay que ir muy lejos y pensar que solo los grandes pintores, escultores, escritores, deseñadores de moda, inventores de tecnologías, músicos, arquitectos, ingenieros o artesanos son los que tienen creatividad. No es así.
Incluso en tus labores diarias echas mano de la creatividad, sin siquiera percatarte de ello. De hecho, ¡eres tan creativo, que para ti es normal y ni siquiera te das cuenta!
Por ejemplo: Cada vez que cocinas sin receta, estás imaginando el producto final que quieres lograr y, de por sí, ya estás creando. Entonces planeas, calculas las medidas, buscas los ingredientes, preparas y pruebas; sientes que le falta un poco más de esto o aquello; vuelves a probar, hasta que consigues el sabor que deseas, o al menos, un poco parecido. Ahí estás creando, al igual que lo haría el mejor chef.

Al cocinar, estás pensando, imaginando, calculando, probando y creando, como lo haría cualquier chef

Si puedes tocar o tararear una música que escuchaste, tan solo de oído, estás recordando, imaginando y creando, mientras tocas, silbas o cantas. Y es más que seguro que le estás dando tu toque personal mientras lo haces, pues seguramente no la reproduces de manera idéntica. Ahí también estás creando.

Al silbar o cantar una tonada, estás recordando, imaginando y creando música

Cuando escribes una nota, una carta o unos saludos y felicitaciones a un amigo o ser querido (ya sea en papel o por redes sociales), ahí también estás creando, pues estás plasmando en el papel o en el teclado aquello que hay en tu mente e incluso, en tu corazón, y transformándolo en palabras entendibles a terceros, las cuales puedan expresar lo que quieres transmitir.

Al escribir una carta, estás plasmando lo que hay en tu mente y corazón y estás creando

Cuando un niño toma un pedazo de papel y lo convierte en avión, o toma un tubo de cartón y, según él, esa es una nave espacial en la que cruza las galaxias, él está creando y disfrutando. Está imaginando en su mente toda una aventura, e incluso lo hace en tiempo real, improvisando y re-creando sobre la marcha, mientras juega. Los niños son creativos por excelencia. Todos fuimos así; solo debemos recuperarlo.

Cuando un niño imagina e inventa una aventura, está creando y divirtiéndose

Cuando le narras a otra persona lo que te aconteció en el día, estás recordando los hechos, hilándolos en orden en tu mente, haciendo un resumen, contando incluso cómo te sentiste con esto o aquello y transmitiendo tus ideas a través de palabras. Eso también es crear. Y qué decir si al hacerlo, imitas la voz y los gestos de alguien que te dijo algo que te hizo gracia o que te enfadó. Ahí estás haciendo una imitación de un personaje y también estás creando.

Cuando relatas una anécdota que te sucedió, estás expresando tus pensamientos y creando una historia

Al pintar las paredes de tu casa, también usas tu creatividad. Tuviste previamente que haber imaginado cómo querías que luciera ese recinto en un futuro. Fuiste a tiendas y comercios buscando el color ideal (o al menos el que más te gustara), porque tenías en mente un plan. Luego pones manos a la obra, y... ¡A crear se ha dicho!

Cuando pintas y decoras, es porque lo viste primero en tu imaginación y luego lo llevas a la realidad.

Cuando mueves de posición los muebles de tu sala y los reubicas en otra forma que te parece más agradable o práctica, es porque tienes un mapa mental e imaginas toda la escena que quieres lograr. Mueves, cambias, mides, observas, haces los ajustes, y consigues lo que querías. Allí también estás usando tu creatividad, como lo haría cualquier diseñador de interiores.

Cuando reordenas una habitación de tu casa, allí estás creando

Cuando tu hijo, tu nieto, tu hermanito o tu sobrino te pide que le cuentes una historia antes de dormir, y resulta que no tienes un libro de cuentos a mano, pero quieres complacerlo, ¿qué haces? Seguramente inventas alguna historia, quizás basada en algo que escuchaste, viste o deseaste, pero vas improvisando en el momento y narrando lo que te viene a la mente. Quizás, mientas la cuentas, ni tú mismo tienes idea de cómo vas a terminar tu historia. Allí también estás creando, como lo haría un escritor de cuentos.

Cuando inventas un cuento para tus niños, estás imaginando y creando

Cuando te sientes alegre o animado por alguna buena noticia recibida o por algún éxito alcanzado, y  necesitas desahogar a través de tu cuerpo la alegría que sientes dentro de ti, y haces algún tipo de "danza de la victoria" espontánea, ya sea solo o en compañía de otros, estás improvisando un baile que jamás planeaste; simplemente te dejas llevar en el momento. Ahí también estás creando una coreografía, sin siquiera darte cuenta.

Cuando celebras con tu propia "danza de la victoria" también estás creando

Cuando vas a elegir qué atuendo llevar al trabajo, a una fiesta o a una reunión, y te paras frente a tu armario para ver si tal o cual blusa combina con tal o cual jeans o falda; luego lo acompañas acertadamente con los zapatos, el bolso y los demás accesorios, ahí también estás creando un conjunto completo, un atuendo, tal como lo haría cualquier diseñador de moda.

Cuando combinas las piezas para el atuendo que deseas usar, también estás creando

Y luego vas al espejo y te maquillas con sumo cuidado y precisión, resaltando tus ojos, tus labios, tus pómulos, etc. Bueno, ahí sobre el lienzo de tu rostro, también estás creando una pintura, con brochas, pinceles, sombras y colores, tal como lo haría cualquier pintor al crear una obra de arte.

Cuando te maquillas, también estás usando tu creatividad

Si se te da bien lo del cuidado de las plantas y quieres hermosear tu patio y contruir un jardín, seguramente miras a tu alrededor e imaginas cómo querrías que se viera al final. Luego piensas qué plantas y flores podrías sembrar; cómo luciría las mezclas de colores de las flores, del follaje, del césped; analizas si es un área soleada o de sombra y en base a eso escoges las plantas; siembras algunas plantas de más altura, otras más bajas y otras colgantes; colocas piedras decorativas, adornos de jardín, etc. Incluso visualizas el espacio que a futuro abarcarán la plantas cuando alcancen su mayor crecimiento; y en base a eso, inteligentemente planeas y diseñas todo, con gran creatividad. Y al final, sin darte siquiera cuenta, te convertiste en un todo un paisajista en diseño de jardines.

Cuando planificas, diseñas y elaboras un jardín, estas echando mano de tu creatividad

Incluso, cuando relatas a otros un chiste que te contaron, casi nunca lo narras igual, porque usas tu inventiva y, en tiempo real, le añades tus propios detalles, gestos y expresiones de tu cuerpo y de tu voz; y quizás, hasta puedes llegar a cambiar bastante la historia. Pero al final, a veces sucede que tu chiste resulta más jocoso para los que te escuchan que cuando tú lo oíste la primera vez.

Cuando cuentas un chiste también estás usando tu cretavidad

¿Lo ves? Día a día, y muchas veces al día, estás creando con gran imaginación, sin darte cuenta. Es que la creatividad es innata al ser humano e inherente a seres pensantes e inteligentes. Así, en muchas facetas de tu vida no solo sigues instrucciones de otros, sino que imaginas por ti solo y luego creas.

Cuando ponemos en acción nuestra CREATIVIDAD, estamos ejercitando y echando mano de muchas cosas que un ser no pensante no estaría en capacidad de hacer:

  • Inteligencia (para pensar, comprender y analizar todo y conducirnos a través de todo el proceso creativo).
  • Conocimiento (que nos permite echar mano de lo que ya sabemos para usarlo en lo que vamos a hacer).
  • Imaginación (que se figura, supone, sueña y preve cómo será algo que todavía no existe).
  • Análisis (para considerar, observar, descubrir, comparar, calcular, deducir).
  • Ingenio (para resolver y hallar soluciones).
  • Inventiva (para idear, diseñar o elaborar algo nuevo, diferente o simplemente, ingenioso; para descubrir y traer a la realidad algo que no existía).
  • Inovación (para cambiar, mejorar, perfeccionar o añadir novedad, en forma o función, a algo que ya existía).
  • Espontaneidad (para seguir la intuición y atreverse con valentía a hacer cosas fuera del patrón común).
  • Originalidad (para idear o crear algo con características distintivas que lo hace diferente a lo demás que ya existía). 
  • Talento (las habilidades, capacidades, aptitudes, destrezas, dotes, facultades y dones que ya tenemos y que nos permiten ejecutar todo lo anterior).
La creatividad pone en acción nuestros talentos

En esencia, en el proceso de crear, usamos nuestra inteligencia para imaginarmos en nuestra mente lo que queremos hacer o conseguir; echamos mano de nuestros conocimientos y analizamos qué necesitamos para lograrlo; usamos de ingenio e inventiva para diseñar lo que queremos lograr, y entonces, con nuestros talentos vamos creando paso a paso, con originalidad y espontaneidad, y así ir trayendo a la realidad algo que aún no existía; y con innovación, vamos modificando, mejorando y perfeccionando nuestra obra y... ¡Voilá!
Al final, obtenemos algo similar o a veces, mejor que lo que inicialmente imaginamos. En otras ocasiones logramos algo muy distinto de lo que pensamos en un principio, pero que no por ello deja de ser bueno. Y otras veces no logramos lo que queríamos. Pero en el proceso aprendimos las maneras de cómo NO hacer algo, para que a la próxima, no cometamos los mismos errores.
Es que cuando usamos nuestra creatividad para bien, algo bueno debe surgir de allí.

NUESTRA IMAGINACIÓN, PUESTA EN LAS MANOS DE DIOS, ES CAPAZ DE TORNAR EN REALIDAD LAS COSAS QUE NO EXISTÍAN.
Es más, la misma Biblia dice lo siguiente:
"(Dios) llama las cosas que no son, como si fuesen." (Romanos 4:17).


4. PARA QUE LA CREATIVIDAD DÉ BUEN FRUTO, DIOS NOS ASIGNA TAREAS

Para incentivar nuestra creatividad y que ésta dé buen fruto, Dios nos asigna tareas.

Eso ha sido así desde el principio de la creación; y para muestra, un botón: Dios mandó a Adán a ponerle nombre a todos los animales:
"Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo..."
Dios le enconmendó a Adán la tarea de asignarle nombre a todos los animales

Y esto se lo encomendó Dios DE ACUERDO A SU CAPACIDAD. Y Adán era inteligente; sino, no se hubiera acordado al día siguiente de los nombres que le dio a todos los animales. Lo difícil no fue tanto inventar y decidir los nombres, sino acordarse después qué nombre le dio a cada animal.

No creamos que después que Adán terminó con lo de los nombres de los animales se sentó de vago y ocisoso. Dios también le dio a Adán otras tarea más:

"Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase."
Así que a Adán Dios nunca lo dejó de ocioso. Aunque era el huerto de Edén y todo debió haber sido maravilloso y perfecto, aún así Adán debía cuidar de ese huerto, labrarlo, sembrar, cosechar y atenderlo. Ese era el hogar que Dios le entregó a Adán; y a Adán le correspondía cuidarlo y atenderlo. Y eso seguro sería bastante trabajo. Pero el trabajo, con Dios, es una bendición, no una carga. De hecho, Dios le encomendó ese trabajo a Adán desde antes que él pecara y el pecado entrara al mundo.

Dios puso al hombre en el huerto de Edén para que lo labrara y lo cuidara

Ahora bien, Dios nunca nos va a encomendar una labor o tarea para la cual él no nos haya preparado o capacitado antes.
Podemos inferir que Dios no le indicó ni le enseñó a Adán todos los detalles de cómo debía cuidar del huerto, cómo sembrar, cómo labrarlo, cómo cosechar, cómo preparar sus alimentos, etc. (o al menos, la Biblia no nos cuenta esa parte). En lo particular, pienso que Adán usó de la gran inteligencia que Dios le concedió, para observar, analizar, probar e idear, y así realizar esas labores, usando su propia creatividad.
Nosotros también somos seres inteligentes, porque fuimos diseñados y construidos por Dios mismo, según su imagen y semejanza. Y Dios nos encomienda tareas para que pongamos en acción las capacidades que él nos dio y hagamos cosas productivas y de bendición que le agraden al Señor.
Dios nos encomienda tareas, según nuestras capacidades

Seguramente Dios te ha encomendado muchas cosas que hacer. A veces pensamos que los llamados y encargos que Dios  hace son solo aquellas labores titánicas, extraordinarias, fuera de lo común o trascendentales. Pero no es así.
Todos podemos y debemos cumplir lo que Dios nos manda, tanto en lo pequeño como en lo grande. Allí mismo donde estás, seguro que puedes marcar una diferencia, haciendo lo que haces, y haciéndolo bien:
"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres." (Colosenses 3:23).

Bien decía un antiguo himno:
"Nunca esperes el momento de una grande acción,
Ni que pueda lejos ir tu luz;
De la vida, a los pequeños actos da atención.
Brilla en el sitio donde estés."
Brilla en el sitio donde estés

CUANDO HAY TAREAS QUE CUMPLIR, SE ACTIVA LA CREATIVIDAD. Pero la pereza, la vagancia y la ociosidad van en contra de la creatividad, y la dejan sin fruto.

La pereza, la vangancia y la ociosidad dejan sin fruto a la creatividad


5. EL DELEITE DE CREAR

Bien dijo Albert Einstein:

"La creatividad es la inteligencia divirtiéndose."
Es que hay un deleite y complacencia indescriptibles y experimentamos una satisfacción única cuando vemos nuestro producto terminado, la consumación de una creación original nuestra. Y entre más se acerque a nuestro ideal, mejor aún.

Nos gozamos cuando completamos algo que hemos creado

POR NATURALEZA, EL SER HUMANO ES AMANTE DE LA PERFECCIÓN. Las cosas que tienen balancesimetría, proporcionalidad y belleza en sí mismas son las que tienden a parecernos agradables y buenas. Y esto se cumple prácticamente en todas las áreas de la vida.
NOS GOZAMOS CUANDO CREAMOS ALGO BUENO. Y eso viene de Dios. 
Incluso DIOS SE TOMÓ TIEMPO PARA DISFRUTAR Y COMPLACERSE EN LA OBRA PERFECTA DE SUS MANOS.
En el primer capítulo del libro de Génesis se nos narra que al final de cada día, el Señor contemplaba su obra terminada de ese día y se deleitaba en ella. Y eso lo vemos claramente cada vez que se nos dice "y vio Dios que era bueno." (Génesis 1:10,12,18,21,25,31). Es más, el último día de la creación (el sexto), Dios contempla el producto final total y dice más aún:
"Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno EN GRAN MANERA."

Y vio Dios que era bueno en gran manera

Y si Dios se complace en sus obras, también debemos nosotros complacernos en las obras de Dios:

"Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo. ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová!...

APRENDAMOS A DISFRUTAR NUESTROS LOGROS. Pero eso sí, dándole siempre las gracias y la gloria a Dios.
Los niños también saben alegrarse cuando logran algo

Aún desde pequeños ya sabemos lo que es disfrutar de un logro. Vemos que un niño pequeño sabe celebrarse a sí mismo cuando alcanza un logro: se ríe, se aplaude, brinca, etc. Y esto lo hace por naturaleza, aún sin que nadie le diga que lo haga.

Los niños saben celebrarse a sí mismos de manera innata

Tomémonos el tiempo para disfrutar las cosas buenas que hacemos y las que el Señor nos da. Hasta Dios lo hizo, pues se nos dice en Génesis 2:1-3 que él reposó de toda la obra que había hecho y santificó ese día. Pero no reposó porque estuviera cansado. El reposo de que se nos habla aquí es más bien un reposo para "sentarse" a contemplar y disfrutar de su creación.

También nos dijo Salomón:
"He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.
Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón."
Disfrutar de la vida es un don de Dios

Recuerda siempre que ERES VALIOSO PARA DIOS. Él te ha hecho un ser pensante, inteligente, a imagen y semejanza de sí mismo, con talentos, capacidades y dones específicos que Dios depositó en ti cuando te creó. Dios te ha concedido la creatividad como don. Solo levántate y empieza a echar mano de ella. Seguro harás grandes cosas...
"En Dios haremos proezas..."
En Dios haremos proezas

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