PLANIFICAR, SIN PERDER LA LIBERTAD
Cuando estamos ministrando congregacionalmente, a través de la alabanza y la adoración a Dios, es importantísimo dejar lugar al Señor para que él sea quien nos dirija y obre, en lugar de nosotros. Estos temas los hemos ido viendo en la serie "Seguir el mover de Dios".
En esta ocasión, quiero tratar lo referente a que hay que planificar lo que vamos a hacer, pero siempre, siempre, dejando un compás abierto; es decir, cierto grado de "elasticidad" o "flexibilidad", a la hora de ejecutar lo que teníamos preparado. Esto, de tal manera que le permitamos al Señor obrar en y a través de nosotros.