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abril 21, 2010

HONRAR A DIOS EN PENSAMIENTO Y CORAZON

NADA ESTÁ ESCONDIDO PARA DIOS
Hemos venido viendo las diversas formas en que podemos y debemos rendirle honor a Dios. Ya vimos lo que implica rendirle honor a Dios con nuestras palabras. Pero a más de eso, lo anterior no tendría peso ni esencia, si no honramos a Dios en lo muy profundo de nuestro ser. Es decir, en pensamiento y corazón; en sinceridad e integridad; limpia, transparente y genuinamente.
          Veamos un poco acerca de la importancia de rendir honor a Dios en pensamiento y corazón. >>>
          Para empezar, lo que hay en lo profundo de nuestra mente, corazón, alma y espíritu es algo que solo Dios conoce y puede ver. Más nadie puede entrar en nuestra intimidad personal. Por eso, es una realidad que las personas a nuestro alrededor nos juzguen por nuestras palabras y por nuestras acciones; ya que, obviamente, es todo lo que pueden ver y es lo único que se revela ante los ojos de ellos. No en vano dijo el Señor Jesús que la manera en que conoceríamos a las personas es por sus acciones, por lo que hacen:
“Así que, por sus frutos los conoceréis.”
Mateo 7:20
          Pero debemos tener presente que ante Dios, nuestra vida es transparente, es como un libro abierto. Por eso, aunque nadie pueda saber lo que estemos pensando o los sentimientos que albergamos en nuestro corazón, recordemos que no hay nada que se oculte ante los ojos de Dios y que él escudriña aún lo más recóndito de nosotros.
          Por eso es que Dios sabe y se da cuenta si con nuestra mente y nuestro corazón realmente le estamos honrando; o si en realidad, estamos haciendo todo lo contrario.
“…Porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
1 Samuel 16:7
“…Pero Jehová pesa los espíritus.”
Proverbios 16:2
“Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón…”
Jeremías 17:10
“Porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos…”
1 Crónicas 28:9
“Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón…”
Jeremías 20:12
“Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti.”
Job 42:2
“…Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.”
Salmos 7:9
          Como el Señor conoce aún lo más íntimo y escondido de nuestro ser, si le alabamos con nuestros labios, pero ello no va acorde con lo que hay en nuestra mente y corazón; entonces, nuestra alabanza resultaría vana, vacía y sin valor ante Dios. Sería tan solo pura palabrería.
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí…”
Isaías 29:13
          Si ese fuera nuestro caso, vendríamos a ser como el sonido de una lata vacía que suena al golpearla con un palo, pero que no tiene esencia en sí misma. Es más, un sonido prolongado de esa índole, aún en el plano natural, no solo es un sonido "vacío" de por sí y sin atractivo, sino que incluso, resulta incómodo a nuestros oídos.
          Y tomándolo en el sentido espiritual, pienso que unas palabras de alabanza huecas, sin esencia ni genuinidad, muy posiblemente le resulten molestas a Dios.
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.”
1 Corintios 13:1
          Por lo general, los instrumentos musicales llamados "de sonido indeterminado" (los que no reproducen notas musicales y/o acordes) no suelen utilizarse solos, de por sí, en una composición musical. La mayoría de las veces estos instrumentos acompañan a otros instrumentos musicales melódicos (los que sí reproducen notas musicales y/o acordes) o también, a la voz humana.
          Estos instrumentos de sonido indeterminado son parte importante de la pieza musical, pero por sí solos no resultan siempre agradables al oído.
De manera similar, las palabras y la alabanza que elevemos al Señor son importantes, pero solo si éstas son sinceras y van acordes y respaldadas por lo que hay muy dentro de nuestro corazón y nuestra mente; teniendo una actitud correcta para con Dios en nuestro ser interior.
          Opino que cuando le alabamos, ya sea cantando o no, Dios hace pasar todo por un filtro en el cual, lo que le suena a él bonito es el "sonido" de nuestro corazón.
          Si lo que le decimos o le cantamos al Señor no sale ni pasa por nuestro corazón, sino que solo son palabras falsas y huecas, sin esencia y verdad, viene siendo para Dios como simple bulla, sin sentido.
Más allá de nuestra voz natural, es la voz de nuestro corazón la que realmente alcanza llegar hasta Su trono y tocar Su corazón.
          Así, debemos tener siempre una actitud en nuestra mente y corazón que sea digna para Dios.
“Los pensamientos de los justos son rectitud…”
Proverbios 12:5

“…Llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”
2 Corintios 10:5

“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío.”

Salmos 19:14
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.”
Salmos 119:1
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”
Proverbios 4:23

“Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso…”
Deuteronomio 15:9
“Porque del corazón salen los malos pensamientos…”
Mateo 15:19

“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.”
Isaías 26:3
“Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Examíname oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos.”
Salmos 139:2,23
“Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.”
Proverbios 16:3
Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá.”
Proverbios 19:21
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón…”
Deuteronomio 6:5-6
“…¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El limpio de manos y puro de corazón.”
Salmos 15:1,2; 24:4
“Tú has probado mi corazón…”
Salmos 17:3
Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.”
Salmos 26:2

1 comentario:

  1. Señor mi Dios. Ayudame a llevar mis pensamientos a la Obediencia a Cristo y la Obediencia de Tu Palabra. Que tu Palabra Inunde mi mente y mi corazón. Para hacer las cosas que te agradan.

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